La conciencia sobre el impacto medioambiental asociado a las actividades de minería y procesamiento ha aumentado significativamente en las últimas décadas. La responsabilidad ambiental y la licencia social para operar son temas relacionados, ya que la influencia de la minería en el agua, el aire, el suelo y la biodiversidad es, con frecuencia, objeto de disputa con las comunidades locales. Prevenir, mitigar y remediar los efectos adversos de la minería en el medio ambiente son tareas fundamentales para el sector.
El primer paso para que las empresas cumplan sus responsabilidades medioambientales es que todas las partes interesadas conozcan y comprendan los efectos de las empresas en los ecosistemas en los que operan y cómo estos impactos afectan a las poblaciones locales.
La Orientación sobre buenas prácticas para la minería y la biodiversidad del ICMM ofrece orientación para mejorar la gestión de la biodiversidad en todo el ciclo minero, con especial énfasis en la colaboración con especialistas en biodiversidad.
El NRGI ha desarrollado un explorador de herramientas para localizar herramientas que midan en términos económicos (tasación) los costes de los impactos sociales y medioambientales. Este conocimiento puede facilitar a gobiernos, empresas y comunidades la definición de medidas de mitigación y reparación.
La guía Extracting Good Practices, publicada por el PNUD y la agencia de protección ambiental sueca, ofrece una exhaustiva serie de recomendaciones, recursos y ejemplos prácticos para integrar la protección del medio ambiente y los derechos humanos en la gobernanza del sector minero. El paso 1 se centra en las regulaciones e instituciones adecuadas, el 2 aborda la planificación del uso de la tierra integrada y participativa y los pasos del 3 al 8 se concentran en las distintas fases del ciclo minero, desde la exploración hasta después del cierre.
Despliegue para saber más sobre las principales cuestiones para fortalecer la responsabilidad medioambiental de la industria minera.