La Licencia Social para Operar (LSO) se refiere a la idea de que “las empresas también necesitan obtener el apoyo de la comunidad o sociedad en la que operan” (IFC 2014). El concepto de LSO se usa a menudo para referirse a la aceptación actual de la población local que rodea un proyecto dado. Es vital para el sector de los recursos naturales; la aceptación informada y el apoyo de las comunidades locales es una forma de reducir el riesgo de las grandes inversiones y establecer las bases para la sostenibilidad, el beneficio social y económico mutuo y el crecimiento. La transparencia y el compromiso de la comunidad también pueden sentar las bases para desarrollar sistemas proactivos para que las empresas reconozcan y aborden las preocupaciones de la comunidad y creen programas tangibles para mejorar la planificación con las comunidades anfitrionas, los gobiernos y la sociedad civil. En línea con esto, la LSO también está asociada con (la ausencia de) protestas, conflictos sociales y costosas interrupciones de la producción.
Sin embargo, las actitudes de la población local hacia las operaciones mineras suelen ser más matizadas y heterogéneas de lo que sugiere el término “licencia” (Pedro et al, 2017). Dentro de la misma comunidad, puede haber quienes ansían la mina y las oportunidades que puede brindar, quienes se oponen a ella por preocupaciones medioambientales, quienes toleran la mina pero no la aprueban, quienes no se atreven a expresar su disconformidad públicamente, etc. Todas estas actitudes también pueden cambiar con el tiempo.
A pesar de sus limitaciones, la LSO es útil ya que arroja luz sobre las responsabilidades de las empresas hacia la población local y sobre la agencia de la población local como partes interesadas influyentes de las operaciones comerciales.
Despliegue para saber más sobre los elementos clave para conseguir la LSO.